“Hombres necios que acusáis a la mujer sin razón”, quizá esta sea la frase más recordada y significativa de la llamada décima musa. Juana de Asbaje nació en San Miguel Nepantla en 1961, hija natural del capitán español Pedro Manuel de Asbaje y de una criolla, Isabel Ramírez de Santillana. A Juana de Asbaje se le puede considerar como la primera feminista del Nuevo Mundo.
A los 10 años de edad, viajó a la ciudad de México, donde aprendió latín, portugués y pronto adquirió los donaires de la pomposa corte del virreinato de la Nueva España. Pero en 1967, decidió súbitamente hacerse monja y a la edad de 16 años entró al convento de San José de las carmelitas descalzas, pero debido a los ayunos insólitos y a los rigores a los que se le sometía en 1669 la joven profesó como monja concepcionista en el convento de San Jerónimo.
Los cronistas de la época describen a Juana Inés como una bella mujer "de hermosos labios rojos, dientes blancos y bien formados, de tez dorada y manos exquisitas". En su acogedora celda del convento, acompañada de sus libros, Sor Juana Inés de la Cruz escribió poemas, ensayos villancicos, autos sacramentales y comedias, además de componer música sagrada. Poco comentada ha sido la vida amorosa de esta “religiosa”, al igual que su amor por María Luisa Manrique de Lara, Marquesa de la Laguna, Condesa de Paredes. Según Octavio Paz, quien tiene una interesante y extensa biografía de Sor Juana ("Sor Juana Inés de la Cruz o Las Trampas de la Fe"), sus poemas de amor sólo se pueden entender si se toma en cuenta ese sentimiento, que al parecer era correspondido.
Las dos mujeres se veían con cierta regularidad, la condesa la visitaba en el convento y ahí se quedaban las dos mujeres intercambiando pensamientos y enriqueciendo mutuamente su intelecto.
informacion extraida de Adonis,revista electronica.
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